Un número de magia culinario: los cinco sentidos en Callizo Bar La Carrasca

La vanguardia y la cocina tradicional nunca han estado reñidas. Al menos así lo han demostrado  los responsables del Callizo Bar La Carrasca, de Aínsa (Huesca), que ha representado a la gastronomía oscense en el IX Concurso Nacional de Pinchos y Tapas de Valladolid. Lo han hecho con una flor mágica elaborada a partir de calabacín de Bilbao a L’ Aínsa por la Yebra de Basa-Fiscal. Su nombre: “Huesca, la magia”.

Huesca, la Magia de la Gastronomía

El territorio y Sobrarbe como símbolo distintivo y la magia como indicador de que en la cocina se pueden seguir elaborando platos con sabor tradicional y, a la vez, aportar innovación gastronómica y una particular puesta en escena. Esas han sido, también, las dos claves que han llevado a este establecimiento y a su receta al concurso nacional, junto a participantes llegados de todos los rincones del territorio español, que han dejado de manifiesto la alta calidad y el buen comer del país.

El casi medio centenar de establecimientos y sus tapas y pinchos han sido acogidos por sus vecinos vallisoletanos durante tres días, en los que han ofrecido sus creaciones en un espectacular escenario denominado “La cúpula del Milenio”, situado a orillas del río Pisuerga. Allí, las tapas han sido valoradas por un jurado presidido por el famoso chef del restaurante El Bohio de Illescas, Pepe Rodríguez Rey, jurado en el programa de televisión Master Chef.

El equipo de la tapa “Huesca, La Magia”, con sus chefs Josetxu y Magu al frente, han destacado entre decenas de suculentos bocados por saber poner en valor diversos productos oscenses con una presentación fuera de lo común, una escenografía que ha llamado la atención de participantes, comensales, curiosos y medios,  porque los cuidados ingredientes han estado envueltos en tinieblas y globos. Para los cinco sentidos.

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El nitrógeno líquido sirvió para recrear un caldero del que salieron los mejores productos de la tierra y, a su alrededor, varios globos de helio con mensajes escritos en su interior pusieron de manifiesto la identidad oscense a través de su emblema “Huesca La Magia”, reflejando las distintas áreas de fomento del turismo que lleva a cabo este motor de cultura y desarrollo en la provincia.

Esta peculiar flor de calabacín ha recorrido ya varios certámenes. Ha sido la ganadora del III Concurso Provincial de Tapas, organizado por la Asociación de Hostelería y el Diario del Alto Aragón, en colaboración con Loher Publicidad. Precisamente, hacerse con esta distinción le dio el pase directo a competir con las otras creaciones en la pugna por el premio nacional.

Las sensaciones y experiencias mueven los fogones del Callizo Bar La Carrasca, lo llevan a preparar platos que tienen el sabor como bandera, la innovación como pilar fundamental y el uso de los cinco sentidos como requisito indispensable a la hora de probar bocado.

Son valores que han calado también en la presentación de esta tapa, que ha incorporado a su fondo, confeccionado con madera de carrasca, semillas del Sobrarbe, simiente de tomate rosa y judías que están sirviendo, de nuevo, para los cultivos de la zona, recuperando tradiciones y trayendo de vuelta las costumbres y regustos de antaño.

Huesca, La magia de la Gastronomía

Este es el mismo carácter que les ha movido a incorporar a la imagen de su creación el emblema “Huesca, La Magia”, un espíritu que va más allá de una marca comercial y que están adoptando, como propio, otros cocineros y productores agroalimentarios de la zona.

Si quieres probar algo mágico, puedes atreverte con uno de los primeros platos de este restaurante. Su primer plato de nada. Una gelatina invisible que donde el  protagonismo y presencia está en el paladar. Si quieres probar algo mágico, puedes atreverte con la gastronomía oscense. Si quieres, puedes probar “Huesca, La Magia”.

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